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miércoles, 4 de marzo de 2015

Luna Llena en Virgo 2015: El Areté o la virtud aristotélica como camino



Este miércoles 5 de marzo presenciaremos  el último plenilunio de este año astrológico. El Sol continua su tránsito por los  grados  del soñador, acuático y a veces escurridizo Piscis, no sabemos si vivimos o soñamos, y por eso, quizás, antes de que llegue el equinoccio y con él un nuevo año zodiacal, esta última luna llena antes de ese nuevo inicio, es en Virgo, un signo de Tierra, que nos dirá con exactitud si soñamos o no.


Esta luna llena ocurre a los 14º50` del eje Piscis-Virgo, y como sabemos, los plenilunios son marcadores de los finales, es el momento de concluir, pero, ¿Qué debemos concluir y cómo hemos de hacerlo? Para esos debemos analizar el contexto en el que se manifiesta esta oposición entre el Sol en Piscis y la Luna en Virgo.


Dentro del contexto astrológico, lo más relevante es tener presente que estamos cada día más cercanos a la última cuadratura de Urano en Aries y Plutón en Capricornio. Esta cuadratura estará siendo activada también por este plenilunio en Virgo, la Luna se encuentra en trígono con Plutón en Capricornio y en quincuncio con Urano en Aries, y el Sol en sextil con Plutón en Capricornio. Urano en Aries se encuentra en conjunción con Venus mientras Júpiter arma un trígono con ellos (Venus-Urano), como si esto fuera poco Marte en Aries está en conjunción con el nodo Sur. Todo, esta complejidad planetaria no es más que un indicador de una serie de procesos que están ocurriendo en nuestro mundo tanto en el mundo externo y colectivo, como en el interno y personal. En ese mundo caótico en el que de repente pareciéramos estar sumergidos, la luna llena en Virgo será el faro que nos llevará sanos y salvos a buen puerto.


La energía que emana como luz lunar durante el plenilunio no es más que la energía equilibrada de la oposición de las energías de los dos signos complementarios involucrados. En este caso esos signos son Piscis y Virgo, encontrar ese punto de equilibrio entre el Agua Pisciana y la Tierra de Virgo y poder hacer uso de ella, será lo que nos de la claridad que buscamos en estos días tan agitados.


Ese punto intermedio en el cual la disparidad Piscis-Virgo deja de serlo, está relacionado sin duda con la utilidad, con la mente, el cuerpo, y el alma.


Piscis, va por la totalidad, se hunde en el océano existencial, contacta desde ahí con el infinito, Virgo, al contrario busca lo concreto, es lo especifico, es un signo mercurial y le gusta clasificar, dar nombre a las cosas. Uno es caos, el otro es orden. Y es ahí donde surgen todas las discrepancias con estos dos signos. Es ciencia y es religión, y está claro, porque está claro, que la mayoría de los científicos consideran que es la entropía (el desorden) la que gobierna el Universo y los religiosos, hablan del Orden Divino. Caos y Orden, eso es Piscis y Virgo. Es el humano y es Dios.  Piscis es intuición, psiquismo, mediumnidad pura, mientras que Virgo, son fórmulas matemáticas, estadísticas e hipótesis. Todo esto me recuerda un poco la antigua Grecia, los filósofos de aquel entonces. Pero, en especial, esta luna llena me hace pensar en Platón y Aristóteles, te diré el por qué y de paso te diré al menos a mi parecer cuál es el mensaje de este plenilunio.


La teoría de las formas o del mundo de las ideas, es sin dudar  el núcleo de la filosofía platónica, lo que nos parece real no lo es, el mundo material está modificado por nuestros sentidos, lo vivimos desde la imperfección de nuestro cuerpo, mientras que el mundo de las ideas y de los sueños, es el mundo real, porque se genera cuando nuestra alma recuerda el mundo perfecto y verdadero del que procede. En realidad esa contraposición de estos dos mundos es la contraposición del eje Virgo-Piscis, pero, para mí, ese punto de equidad entre estos dos signos no lo trae Platón, sino Aristóteles, quien fuese discípulo de Platón.


Al contrario de su maestro, Aristóteles planteaba la posibilidad de que el mundo físico es el verdadero, que nuestra alma se libera y empieza a estar a gusto, cuando tenemos el control de nuestro cuerpo, cuando actuamos de forma mesurada, cuando mostramos nuestro raciocinio. La famosa vida racional aristotélica Pero, para llevar una vida racional, es preciso, además, que hayamos aprendido a administrar convenientemente nuestros deseos y nuestras pasiones. En su respuesta a las exigencias del cuerpo y del alma, nuestro yo racional debe encontrar un equilibrio entre el exceso y el defecto.  Por ejemplo, frente a la cobardía y la temeridad, hemos de actuar con valentía; frente al despilfarro y la tacañería, hemos de hacerlo con generosidad.


El hombre es virtuoso según Aristóteles cuando su voluntad ha adquirido el hábito de actuar rectamente, de acuerdo con ese punto medio que evite tanto el exceso como la carencia. Y eso es precisamente lo que nos trae esta luna llena en Virgo, esa virtud o Areté, o al menos la búsqueda de ella. Virgo nos invita a encontrarle la utilidad a lo que hacemos, a sacar el mayor provecho del mundo físico, pero, a la vez iniciar el camino hacia nuestro yo más elevado y espiritual (Piscis), como Aristóteles lo planteaba, el camino hacia esa iluminación se logra aquí a través del uso correcto de la razón.  

Este es el momento para actuar según la razón, lo práctico y lo concreto, hacerlo de otra manera, dejándonos influir por las pasiones y el desaforo lo único que podría generar es temor ante los cambios venideros cuando en realidad debemos ver estos cambios como la oportunidad para avanzar con mayor velocidad hacia la conquista de todas nuestras metas.



¡Feliz plenilunio!



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